miércoles, 17 de junio de 2015

Fanfic Kasumi: Capítulo 1





Capitulo 1

 Salgo de mis pensamientos cuando la fría agua proveniente del lavabo refresca mi cara cansada y agotada de tanto entrenamiento. Miro el espejo que está frente a mí buscando mi mirada, cuando de pronto encuentro la de mi hermano, Hokoru, observándome a través de este desde el otro lado del cuarto de baño.  Sus ojos, a pesar de su frio color grisáceo, desprenden un calor y una ternura muy intensos. Hacía tiempo que no recuerdo lo intimidantes que resultaban cuando algo no iba bien. Tiene la piel roja señal de que acaba de salir de darse un largo baño con agua caliente. Somos demasiado distintos, nadie podría averiguar que somos hermanos de no ser por el símbolo de nuestro clan, que adorna la vestimenta que llevamos.
 Al fin, tras una larga e intensa mirada a través del espejo del baño, volvemos a la realidad; el acaba de secarse el pelo con una toalla grisácea mientras yo termino de secarme las manos con otra del mismo color.
La relación entre mi hermano y yo es  sencilla, ausente de palabras, pero plena de sentimientos; ambos solo necesitamos una mirada para comprender la situación del otro, vinculo del cual otros hermanos carecerán, y del que yo estoy orgullosa de tener.
Termino de secarme las manos y salgo por la ancha puerta del baño, encaminada hacia la cocina,  no sin antes haber intercambiado una leve sonrisa con mi hermano.

Hace dos años yo cumplí la edad suficiente como para comenzar a entrenarme como ninja, y mi padre, el cual tenía unos importantes cargos como consejero del kage de nuestra aldea (Kirigakure), decidió entrenarme el mismo, para, según él decía, sacar el mayor potencial posible de mis habilidades. Hoy, por fin, podré entrar en un grupo ninja, formar parte, oficialmente, de mi aldea.  Mientras bebo el último trago de soda, centrada en mis pensamientos, Hokoru se apoya en el marco de la puerta.
- ¿Nerviosa?
- ¿Debería?
- No, siempre y cuando no menciones el hecho de que nunca has tenido grupo.
Tiro la lata a la basura y me dirijo hacia la puerta que separa la borrosa y blanca niebla de mi villa, del reconfortarle y claro hogar. <<Mi villa es mi lugar, si tengo villa, tendré un sitio en el que permanecer>>, eso es lo que nos inculcan a los ninjas de la niebla, pero yo tengo otro punto de vista: Las villas persistirán siempre que el amor haga que regreses a ellas.
-``Pensar eso te hace débil´´. Son las palabras que me dedico mi padre después de mostrar mi punto de vista, y de ahí en adelante, no lo volví a comentar.
Hokoru me abre la puerta y me agarra del brazo antes de que salga.
-Te quiero.
Le miro, extrañada, ya que no comprendo el porqué de dicho comentario, pero él no dice nada y acto seguido cierra la puerta. Supongo que habrá querido decir que está orgulloso de mi, y que confía en que lo haga bien, pero sus palabras me confunden.
Me adentro en la niebla, que me envuelve con cada paso que doy por las calles. Camino lentamente entre los edificios y me fijo en cada uno de ellos; son de colores fríos, tristes, y su final esta tan cubierto por la niebla, que ni siquiera lo veo. Al final de la calle un edificio sobresale entre los demás; no es ni azul, ni negro, ni marrón, sino blanco. De un blanco tan puro que se funde con la niebla que lo rodea. Nunca he estado dentro, porque mi padre se empeñó en prepararme como kunoichii él mismo, bajo sus severos entrenamientos, y en examinarme frente a la atenta mirada del consejo de Kirigakure, así que nunca tuve necesidad de entrar allí. Pero hoy, es mi destino: La gran escuela ninja de Kirigakure.

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